Ubicación: Provincia de Mendoza
Comitente: Municipalidad de la Ciudad de Mendoza
Año de proyecto: 2000-2005
Año de construcción: 2003- 2006.
Superficie: 13,6 ha
Primer Premio Concurso Nacional de Anteproyectos: BECKER FERRARI FUENTES.
Proyecto Ejecutivo y supervisión de Obra: Arq. Daniel Becker – Arq. Claudio Ferrari / Estudio B4FS
Dirección de obra: Municipalidad de Mendoza
Equipo de proyecto:
Arq. Andrés Francesconi, Arq. Luciano Gastaldo, Casaprima, Mariela; Arq. Craig, Federico; Arq. Eiroa, Pablo; Arq. Leguia, Elena; Arq. Mindan, Pedro; Arq. Moujan, Juan; Arq. Peralta, Jorge; Arq. Tazedjian, Carolina; Del Gizzo, Marcelo; Gastaldo, Jose Maria; Gonzalez, Maria Celia; Guillen Vaschetti, Lorena; Ibañez, Mariana; Marco, Gisella; Ozuna, Martin; Peirano, Juan Ignacio; Perna, Soledad; Petrosini, Luciano; Reichler, Natalia; Seligra, Maria Eugenia; Zolowski, Mariana






Para los autores fue primordial lograr la integración de distintas lógicas: la de la movilidad, el descanso y la contemplación junto con la lógica del intercambio en la cultura contemporánea. Así se genera un recorrido de diversos lugares con una fuerte dirección lineal, que toma la geometría ferroviaria del sitio donde se implanta y permite una suerte de mise en scène de la vida pública, concentrada en el anfiteatro natural —destacado por el jurado como uno de sus aciertos— y la explanada del reloj, donde se realizan exposiciones, talleres recreativos, cine, danza y fiestas conmemorativas al aire libre.
En este sentido, dos escalas resuelven la relación entre la trama urbana y la conformación de su espacio interior. La escala general forma un polígono que lo diferencia del barrio, y los puentes peatonales sobre la Avenida Mitre lo integran a los galpones del ex Ferrocarril —que serán reciclados— y a la Plaza Independencia, ubicada en el centro urbano. Así, una cinta aeróbica, que incluye un paseo peatonal y de bicicletas, bordea las calles vehiculares bajo la sombra circundante de un bosque de tipas que produce el pasaje de la escala residencial a las formas plásticas del paisaje interior. Este bosque ofrece a la ciudad un juego de fondo y figura vegetal, vinculado a las imágenes tradicional les de Mendoza; así, sobre el follaje persistente se destaca la variación estética de colores y texturas dadas por el cambio estacional de las especies.
Entonces, los verdes del verano dan paso al rojo intenso de los liquidambar otoñales; y de los marrones grisáceos del invierno, que muestra la corteza de los plátanos, se vuelve al claroscuro de los álamos blancos en el movimiento del viento cordillerano.
Un oásis.
El agua es el tema formal dominante del parque, que se elabora arquitectónicamente en dos dimensiones significativas. La fuente, incluida en el recorrido, forma una cortina de agua cuyo permanente sonido y discurrir remite al murmullo placentero de las acequias mendocinas. En cambio, el lago -que difiere respecto del jardín pintoresco por el lenguaje abstracto y por no imitar al mundo natural-, donde se refleja la casa de té, es un lugar culminante de llegada; allí convergen el declive verde del parque junto a las plataformas, bancos y decks que ofrecen lugares de estar al visitante para disfrutar un tiempo diferenciado dentro del paseo.

top